Internet fue concebido en un principio como un nuevo medio que estaba destinado a desbancar a todos los demás, por su fácil acceso por parte de los usuarios y el bajo coste de empezar un negocio allí. En la actualidad, esta idea se pone en duda. Internet es, hoy en día, un lugar de convergencia donde texto, imagen y sonido se unen para dar una información más completa, y ofrecer algo diferente. Pero los medios tradicionales siguen en funcionamiento, adaptándose al la era digital tratando de no corromper su espíritu tradicional.
El único cambio que les supone Internet es la posibilidad, convertida ya en necesidad, de permitir una interacción con los usuarios que siguen el medio. Ahora las demandas de los usuarios son elegir, comentar y participar en las noticias, ser parte del flujo de comunicación, y es bien sabido por las empresas, también las de comunicación, que 'el cliente siempre tiene la razón'.
Pero hay que preguntarse hasta que punto el usuario puede participar en un medio de comunicación. El público es el que decide lo que quiere saber, y tiene una opinión al respecto, pero hay que tener en cuenta que ser informador conlleva una responsabilidad con la sociedad que no todo el mundo está preparado para asumir. Es bueno que las personas se interesen por la actualidad, opinen e incluso informen a otros usuarios haciendo uso de sus propios conocimientos. Pero no hay que olvidarse de que los profesionales de cada medio son necesarios, por su capacidad y dedicación al oficio, por no quedarse en la superficie e indagar hasta el fondo. Tal vez últimamente este tipo de profesionales escaseen, pero son necesarios si queremos una información lo más transparente posible. Quizás ahora que todo el mundo puede informar salgan a la luz comunicadores brillantes, con o sin carrera, pero que entiendan la responsabilidad de llevar un medio de comunicación adelante.
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